Enruladas, lacias, onduladas. No importa el tipo de textura, lavar el cabello siempre será parte del cuidado diario de este. Pero, dependiendo de cómo es hecho, además de limpiar, el lavado puede ayudar (o perjudicar) la salud de los cabellos y del cuero cabelludo.
1. Frecuencia del lavado
Según Guilherme Cassolari, especialista en cabello de Natura, lo más indicado es lavar el cabello alternando los días. Lavarlo poco puede dejar el cabello grasoso y, en consecuencia, llevar a la caída. El exceso de lavados puede tener la misma consecuencia, por efecto rebote. “Lo ideal es un día sí un día no para cualquier tipo de cabello”. Mujeres que poseen cabello largo y no tienen tiempo de secarlo pueden lavarlo cada dos días, según el experto. Pero la frecuencia exacta debe estar de acuerdo con la rutina y el tipo de cabello de cada mujer. Quien tiene el cabello enrulado, por ejemplo, necesita extender más los lavados, porque el shampoo, si se usa demasiado, agrede la estructura de esos cabellos tan frágiles. Probá diferentes espacios entre lavados y chequá cómo tu cabello se comporta mejor.
2. Elección de los productos
Otro consejo del estilista para mantener el cabello saludable es siempre utilizar productos específicos para cada tipo de cabello. "No usar el shampoo y el acondicionador ideal es uno de los errores más comunes", dice Cassolari. "Aplicar los ítem correctos suplirá la necesidad de ese cabello, sea enrulado, decolorado o sea químicamente tratado." Como muchas mujeres tienen más de una necesidad capilar, vos también podés tener dos dúos de shampoo y acondicionador en la ducha y alternarlos. Además de cuidarlo de dos formas, tu cabello va a responder mejor a cada tratamiento.
3. Temperatura del agua
Las altas temperaturas dañan la fibra del cabello y tienen impacto hasta en el resultado final del pelo. Y no solamente a la hora del secado, el agua de la ducha también afecta. Usá el agua más fría que puedas soportar. Si no puedes aguantar toda la ducha con ella, al menos dale, literalmente, un baño de agua fría en el pelo al fin del baño.
4. Masajes
Cuando pensamos en lavarnos el pelo en la peluquería, ya sabemos que cada punto del cuero cabelludo tendrá una atención especial. Si no podés hacer eso en todos los lavados, intentá masajear bien todo el cuero cabelludo por lo menos una vez por semana. Pero nunca uses las uñas, solamente con la punta de los dedos. Aprovechá ese ritual semanal para aplicar un shampoo de limpieza profunda.
5. Champú transparente
Si estuvieras sintiendo que tu cabello está pesado, con poca vida, aplica un shampoo transparente, neutro, antes del shampoo de tratamiento específico. ¡Ayuda a soltar los cabellos instantáneamente!
6. Diferentes combinaciones
Dependiendo de la ocasión y del resultado deseado, Gui Cassolari recomienda diferentes combinaciones de productos en el lavado. Para el día a día, el dúo shampoo y acondicionador es suficiente. Cuando se espera una acción hidratante, después de la limpieza, vale la pena usar la máscara substituyendo el acondicionador. Hacé este cambio una vez por semana si tu cabello estuviera reseco.
7. Súper nutrición
En los días en que el cabello necesita de cuidados más profundos, Cassolari indica el trío de shampoo, ampolla de tratamiento y máscara. Puedes usar las ampollas de dos formas: mezcladas a la máscara - mezcla solamente la cantidad de máscara que vas a usar en ese día con todo el contenido de la ampolla - o después del shampoo y de la máscara. "Lo ideal es aplicar la ampolla a tres dedos de la raíz, masajear los cabellos de dos a tres minutos y, antes del secado, aplicar un protector térmico", orienta.