Muchos hombres tienen prejuicio o desprecio cuando la palabra belleza aparece en el horizonte. Y tiene sentido: oímos desde temprano que la vanidad es una característica supuestamente femenina y no pertenece (o no debería pertenecer) al universo propio de los hombres. “Tenemos cosas más importantes que hacer”.
¿Será?
Pasar algún tiempo mirándonos no es una tontería y, mucho menos, una pérdida de tiempo: es una gran oportunidad de percibir mucho más de lo que el espejo muestra.
Parar y pensar sobre las marcas que están en nuestro rostro es una forma de recordar todo lo que pasamos hasta aquel momento. Las dificultades que superamos y las experiencias que dejaron sus rastros. Aquella arruga no apareció de la nada.
Además de abrir ese espacio para que podamos relacionarnos con nosotros mismos, la mirada sin apuro en el espejo nos ofrece la oportunidad de cambiar la manera en la que nos relacionamos con el mundo. Muchos hombres dicen que no le dan atención a la apariencia, pero no perciben que, al no preocuparse de la forma en la que se presentan a los demás, también dan cuenta de cómo son como son.
Podemos escoger dejar la barba crecer y ganar volumen o afeitarla todos los días. Peinar el cabello con gel o dejarlo desordenado. Usar un anti señales para atenuar el paso del tiempo, preocuparse de dejar la piel hidratada o, además, usar perfume.
Cuidar de nuestra apariencia es una manera de estar listo para lo que el día nos depara y para las puertas que pueden abrirse. Pero lo que realmente importa es estar bien consigo mismo y estar más seguro en todos los ámbitos – y las bellezas – de ser hombre.
Natura Homem celebra y apoya todas las maneras de ser hombre.